
Experimentos dirigidos por Friederike Lange mostraron que a diferencia de los monos, los canes no pueden distinguir las sutilezas de un trato justo o injusto.
En el estudio los investigadores trataron que los animales "dieran la patita" la mayor cantidad de veces posible, pero descubrieron así que dejaban de hacerlo más rápido si a su lado había otro perro que recibía una recompensa y ellos no.
Durante el ejercicio las mascotas se veían claramente más estresados, dudaban más y prestaban más atención al animal de a lado que cuando estaban solos y se les pedía que hicieran lo mismo.
No obstante, los perros no mostraban mayor afección si el otro animal recibía algún tipo de alimento mejor que el de otros, siempre y cuando ellos recibieran también algo a cambio.
Con información de La Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario