viernes, 24 de diciembre de 2010

Sigue en tiempo real el viaje de Santa

A través de la página del Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica, los pequeños podrán estar atentos a la travesía de Santa Clause mediante un mapa de Google

Los niños de todo el mundo pueden seguir la trayectoria de Santa Claus en tiempo real durante toda la Nochebuena, en la que estará repartiendo regalos y saltará de continente a continente gracias a la ayuda de sus renos.

Como cada año, el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (Norad, por su sigla en inglés) habilita la página web www.noradsanta.org, en la que los más pequeños de la casa pueden seguir dónde está Santa Claus en cada momento a través de un mapa de Google.

http://www.noradsanta.org/es/index.html


El mapa indica su posición exacta con un icono de Santa Claus, conocido como Papá Noel en otros países, y así mismo señala dónde ha repartido ya juguetes, con un paquete rojo que lleva una cinta amarilla.



jueves, 16 de diciembre de 2010

Dormir bien te hace más guapo


Aseguran que la gente a la que se le priva del sueño por largos periodos es menos atractiva y menos saludable

La idea de que dormir las horas necesarias es como un tratamiento de belleza no es un mito, según un estudio hecho por científicos suecos y publicado en el último número de la revista médica británica British Medical Journal (BMJ).

Los expertos, del Instituto Karolinska de Estocolmo, dicen que la gente a la que se le priva del sueño por largos periodos de tiempo es menos atractiva y menos saludable que quienes han dormido bien.

La gente a la que se le priva el sueño es vista como menos atractiva (Foto: Tomada de Abc.es )

El concepto de lo que muchos llaman "la belleza del sueño" era ya conocido, pero los investigadores han puntualizado que tenía que ser fundamentado desde el punto de vista científico.

Los expertos fotografiaron a un grupo de 23 voluntarios después de que éstos durmieran ocho horas y les volvieron a fotografiar en otra ocasión, pero tras mantenerlos despiertos durante 31 horas.

Los voluntarios privados del sueño aparecían en las instantáneas menos saludables y menos atractivos, dice el estudio, y agrega que los participantes no llevaban maquillaje y las fotos fueron tomadas siempre a una misma distancia y con la misa expresión facial.

"La gente a la que se le priva el sueño es vista como menos atractiva, menos sana y más cansada que cuando descansaron", señalaron los autores en el BMJ.

Según los científicos del Instituto Karolinska, estos resultados pueden ayudar a los médicos a detectar problemas de salud en los pacientes.

Leer artículo (en inglés): Beauty sleep

miércoles, 15 de diciembre de 2010

porque la tradición de las 12 uvas en Año Nuevo


EFE - El Universal - La costumbre española, adoptada en numerosos países de Latinoamérica, de tomar las uvas al ritmo de las 12 campanadas de la Nochevieja, para contribuir a la prosperidad y felicidad del Año Nuevo, va a cumplir un siglo.

Para ver hechos realidad los deseos, el ritual manda que se despida el año tomando las "doce uvas de la suerte", una por cada mes, al compás de cada una de las doce campanadas de reloj que marcan la medianoche del 31 de diciembre.

La creencia popular sitúa el origen de esta tradición en 1909, cuando la extraordinaria cosecha de uvas de esa temporada llevó a los viticultores españoles a repartir el excedente y alentar el consumo para atraer la buena suerte.

Sin embargo, como suele pasar con las tradiciones, hay argumentos discrepantes. En esos años, a principios de siglo, había hambre y por tanto hablar de excedente es arriesgado, teniendo en cuenta además que las cosechas de uva por entonces eran pequeñas.

Pero, sobre todo, "con los medios que había en la época, llegar a finales de año con uva fresca era muy difícil, e imposible que se llegase a tener abundancia o excedente", dijo a Efe Luis González, director del Consejo Regulador de la Denominación de origen Uva de Mesa embolsada de Viñalopó.

Viñalopó es una comarca de la provincia de Alicante y "es la zona que se recuerda de mas antigüedad de viñedos de uva de mesa, que no de vino", explicó González para quien no hay datos que confirmen ni el lugar, ni la fecha y año del inicio del ritual.

Desde luego en el impulso al consumo masivo de uva en esta época tuvieron mucho que ver los cosecheros que fueron capaces de promocionar hábilmente sus productos, mucho antes de que se desarrollaran las técnicas de "marketing".

En esa comarca del levante español, los mayores sí recuerdan que alguien les contó que algún lugareño guardó, como singular y exquisito postre para la cena de Nochevieja, granos de uva suficientes como para que cada comensal los tomara cuando el reloj diera la medianoche.

¿Esa cena pudo ser en el año 1909?. "No hay constancia, pero a partir de ahí, pudo funcionar el `boca a boca` y se puede hablar de la generalización de la costumbre a partir de los años veinte, más aún hacia los años cuarenta, que coinciden con la puesta en marcha de la técnica de embolsado de racimos, que permite retrasar un mes el proceso de maduración de la uva", señaló el directivo.

Lo que es indiscutible es el progresivo protagonismo navideño de estas bayas comestibles fruto de la vid, ricas en antioxidantes, fósforo, potasio, hierro y vitaminas, de las que se consumen en España, en la última semana del año, entre un millón y medio y dos millones de kilogramos

El centenario postre de la cena de San Silvestre se fue incorporando de forma imparable a los festejos populares y espontáneos para despedir un año y recibir al siguiente en las plazas de los pueblos, donde se concentraban los vecinos para escuchar juntos las doce campanadas del reloj mas emblemático del lugar.

Madrid no fue una excepción y cuentan las crónicas que la Nochevieja de 1930 el mismísimo Alfonso XIII, abuelo del rey Juan Carlos I, se mezcló con los madrileños la noche de San Silvestre y recibió al nuevo año en la Puerta del Sol, en pleno centro de la capital de España.

Una treintena de años después, y perfectamente arraigada la popular fiesta que se montaba bajo el reloj de la Puerta del Sol, llegó la bendición definitiva de la unión de hecho entre campanadas y uvas: el 31 de diciembre de 1962 Televisión Española comenzó a transmitir "las 12 campanadas".

Desde ese reloj, el paso de un año a otro dura en la actualidad 36 segundos y sesenta centésimas, tiempo para tomarse una a una las doce uvas, que en 1997 se les atragantaron a muchos españoles debido al ritmo frenético de las campanadas, que sonaron en sólo 17 segundos.

Los emigrantes van con sus costumbres de un lugar a otro y los 260.000 españoles que viven en Argentina, la mayor colonia española en el exterior, tomarán las uvas esa noche. Los granos de esa fruta se asomarán también a las nocheviejas de Latinoamérica.

Allí, las uvas se tienen que hacer hueco entre ritos como tomar lentejas para conseguir abundancia, meter billetes en los zapatos para lograr fortuna, pasear con maletas para viajar en el próximo año, cascar huevos en un vaso con agua e interpretar al día siguiente su forma, quemar muñecos o usar lencería de color rojo o amarillo.

Los enigmas que existen en torno al origen de "las 12 uvas" afianzan aún más la leyenda y, como se dice popularmente para augurar una larga espera, "nos van a dar las uvas" intentando aclarar quiénes y cómo hicieron de la uva un postre estrella, sin necesidad de aderezo o adorno alguno.

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Porqué el Arbol de Navidad?


En los ritos y celebraciones de la vida, y las del Nacimiento de Dios lo son por excelencia, no puede faltar el árbol, gran símbolo de la vida. Recordemos en el paraíso el Árbol de la vida. Recordemos también que en las religiones animistas el árbol era la gran divinidad a la que rendían culto: en especial el roble (robur róboris; el mismo nombre que significa "fuerza").

Entre las mitologías germánicas está el mito del árbol plantado en medio de la tierra, cuyas ramas alcanzan el cielo y en ellas están colgadas las estrellas que brillan por la noche. Ahí tenemos probablemente el más remoto origen de las luces del Árbol de Navidad, que si bien pudo verse en los antiguos grabados mitológicos, no pudo llevarse a la realidad en su primer formato hasta el siglo XVIII en quie los sopladores de cristal de Bohemia idearon las bolitas que reflejaban el resplandor de las velas, candiles y hachones. La electricidad hizo finalmente posible que el árbol tuviera luz propia sin riesgo de incendio. Esa es la versión de la mitología germánica del Árbol de Navidad.

La versión cristiana, en cuanto a sus adornos, tiene su referente mítico en el Árbol de la Vida, que era portador de todos los frutos que el hombre pudiera apetecer; incluido el más preciado, el de la inmortalidad. El día del Nacimiento de Dios, es decir el día de Navidad gozan todos del privilegio único de ver satistechos sus deseos acariciados durante todo el año, ofrecidos como fruto por el Árbol de Navidad. Es el momento de resarcirse de la austeridad que impone la vida el resto del año.

Hay varias leyendas germánicas en que se fundamenta la práctica de introducir en las casas el Árbol de Navidad convirtiéndolo en el eje en torno al que giran estas fiestas. La más antigua se remonta al siglo VIII y está relacionada con San Bonifacio, el evangelizador de Alemania. Cuenta su hagiografía que viendo un día que los druidas a los que intentaba convertir al cristianismo persistían en su adoración al gran roble del bosque, decidió derribarlo el santo. En su caída estrepitosa acabó con cuantos árboles y arbustos había a su alrededor; sólo un humilde abeto quedó incólume. San Bonifacio interpretó esto como una señal del cielo que predestinaba al abeto a ocupar en la vida de los cristianos el lugar que había ocupado el roble en la de los druidas; pero sin los caracteres idolátricos que entre éstos tenía.

Otra formulación de la leyenda es que San Bonifacio, en uno de sus viajes, se topó con un grupo de paganos alrededor a un gran abeto en el momento en que iban a sacrificar un niño en honor al Dios Thor. Para detener el sacrificio y salvar al muchacho, San Bonifacio derribó el árbol con un poderoso golpe de su puño. Les explicó el santo que aquel abeto había cedido a la débil fuerza de su puño porque estaba llamado a ser el árbol de la vida, y no consentía convertirse en el altar de un sacrificio de muerte.

Otra leyenda, ésta adaptada a la iglesia protestante, explica que Martin Lutero estaba caminando por un bosque en la víspera de Navidad, cuando se sintió deslumbrado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles. Esa imagen de la belleza del bosque iluminado por las estrellas, le hizo concebir la idea de trasladarla a la ciudad. Arrancó pues un pequeño abeto y se lo llevó a casa. Para recrear la misma belleza que había vislumbrado en el bosque, colgó de sus ramas gran número de bujías (pequeñas velas). El resultado fue tan sorprendente, que fue imitado cada vez por más familias hasta que se extendió esta costumbre por toda Alemania.

Con el paso de los siglos, dice esa misma tradición, decayó la costumbre del Árbol de Navidad, pero después de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) los suecos volvieron a introducir en Alemanaia esta tradición. A lo largo del siglo XIX se extendió esta bella costumbre por toda Europa, empezando por Austria, Gran Bretaña y Francia. Y continuó su expansión alcanzando a España ya en el siglo XX.

¿Por qué se celebra la Navidad el 25 de diciembre?



Hasta el siglo III no tenemos noticias sobre la fecha del nacimiento de Jesús. Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas. El primer testimonio indirecto de que la natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221. La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”). A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

Una explicación bastante difundida es que los cristianos optaron por ese día porque, a partir del año 274, el 25 de diciembre se celebraba en Roma el dies natalis Solis invicti, el día del nacimiento del Sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga del año. Esta explicación se apoya en que la liturgia de Navidad y los Padres de la época establecen un paralelismo entre el nacimiento de Jesucristo y expresiones bíblicas como «sol de justicia» y «luz del mundo». Sin embargo, no hay pruebas de que esto fuera así y parece difícil imaginarse que los cristianos de aquel entonces quisieran adaptar fiestas paganas al calendario litúrgico, especialmente cuando acababan de experimentar la persecución. Es posible, no obstante, que con el transcurso del tiempo la fiesta cristiana fuera asimilando la fiesta pagana.

Otra explicación más plausible hace depender la fecha del nacimiento de Jesús de la fecha de su encarnación, que a su vez se relacionaba con la fecha de su muerte. En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que “nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas de Abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día que murió”. En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, fecha que concuerda con la celebración de la Navidad el 6 de enero.