Este tema me lo sugirieron, y en verdad si resulta interesante hablar de esta centenaria tecnica de relajación corporal y espiritual.
Fuente: http://viviendosanos.com/2007/07/el-origen-del-yoga.html
El origen del yoga se remonta sin duda alguna a miles de años de experiencias únicas que, de por sí, han sido replicadas por muchos yoguis a lo largo de su historia.
Su origen lo encontramos en la India, y lo podríamos remontar a la civilización indo-europea. No en vano, existe una bella leyenda hindú que trataría de explicarnos su origen (mítico, por supuesto):
Ocurrió cuando el pez Mat-sya presenció como el dios Shiva enseñaba a su esposa Shakti Parvati los ejercicios de yoga. El pez imitó a Parvati y al practicar los ejercicios se transformó en hombre.
Uno de los tratados más antiguos sobre yoga (el yoga sutras de Patanjali) está fechado aproximadamente 500 años antes del nacimiento de Jesús.
Empero, si bien para los hindúes Patanjali fue el Sabio compilador y sistematizador, el origen del yoga es mucho mas antiguo que estos textos, tal y como se tiene constancia.
Según uno de sus aforismos, el yoga es la supresión de las modificaciones de la mente. Algo que vendría a significar que, por medio de la paz mental, logramos imbuir el alma y eliminar las semillas del karma, la ley de causa y efecto por la cual cada acto deja como efecto, valga la redundancia, una semilla que puede dar fruto o no, de acuerdo con la combinación de otros factores.
Los beneficios de la práctica del yoga
Esta disciplina cuenta ya con muchos seguidores en Asia y Europa, y en México gana adeptos todos los días. En este caso, se defiende una práctica de ésta conjuntada con los beneficios de reír, que para la sabiduría popular, valga la redundancia, la risa es el alimento del alma.
Y es que cuando nos reímos, activamos unos 430 músculos de nuestro cuerpo, de los cuales, algunos sólo se ejercitan cuando lo hacemos a carcajadas. A su vez, los pulmones trabajan hasta con el doble del aire con el que funcionan habitualmente, se relajan los músculos lisos de las arterias, reduciéndose con ello la presión arterial, y se tonifican los músculos que hay en el rostro.
Por ejemplo, Irma Azomoza (de la Universidad de Puebla), estudió el yoga de la risa en la India, bajo la instrucción del propio Kataria. Actualmente, imparte cursos de la disciplina en el Centro de Desarrollo Transpersonal Instituto Universitario AC.
En este caso, científicamente se ha demostrado que cuando reímos, el cerebro provoca que nuestro cuerpo segregue endorfinas. De hecho, una simple sonrisa emite una información que activa la liberación de esa hormona, la cual tiene la capacidad de aliviar el dolor.
Estas bondades no pasaron inadvertidas para el doctor Kataria, originario de la India, quien con base en el Hasya Yoga, diseñó hace unos 10 años cierta disciplina en la que se combinaban la respiración y la risa. El resultado fue el Laugther Yoga o yoga de la risa.Los buenos resultados de su combinación hicieron que esta práctica se extendiera a países de Europa, Asia y América, en este caso, Canadá, Estados Unidos y México. Ríe y respira
Irma Azomoza, con maestría y doctorado en psicología clínica (egresada de la Universidad de Puebla), estudió el yoga de la risa en la India, bajo la instrucción del propio Kataria. Actualmente, imparte cursos de la disciplina en el Centro de Desarrollo Transpersonal Instituto Universitario AC.
Hacer yoga ayuda a luchar contra la depresión y la ansiedad
Investigadores de la Universidad de Boston han descubierto que la práctica de yoga puede elevar el ácido gamma-aminobutírico (GABA) principal neurotransmisor inhibitorio cerebral.
El descubrimiento sugiere que la práctica del yoga debería ser explorada como un buen tratamiento para la depresión y la ansiedad, desórdenes asociados a bajos niveles de GABA.
Según la World Health Organization las enfermedades mentales representan un 15 % de las muertes en el mundo. La depresión y los desórdenes de ansiedad forman gran parte de este combo. Actualmente estas dos dolencias son tratadas con fármacos diseñados para amentar los niveles de GABA.
Los investigadores compararon los niveles de GABA en ocho individuos luego de que realizaran una hora de yoga, con los niveles de once sujetos que no habían realizado yoga sino que habían estado leyendo durante una hora. Descubrieron un 20% de incremento en los niveles de GABA en las personas que habían practicado yoga, y ningún cambio en los que estuvieron leyendo.
Así que según los investigadores hacer yoga promete muchos beneficios para quienes tienen problemas de depresión, ansiedad e incluso epilepsia.
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